Es
la primera vez que doy inicio a una publicación colocando de primero, la calificación de la
obra a reseñar.
¿La
razón?
Básicamente,
la cinta Aquí me quedo del director Rodolfo Espinoza ha estado en mi lista de pendientes
desde 2011. Muchos motivos me llevaron a marginar esta producción, quizás el principal de
estos fue el hecho que no tenia confianza en una producción cinematográfica
basada en la comedia. Las películas que he evaluado para presentar en este blog
siempre han manejado temáticas un tanto crudas.
Recuerdo
escuchar diversos comentarios por parte de amigos o personas de mi circulo
social, mencionando que Puro Mula y Aquí me quedo eran cintas geniales y que
era necesario verlas para estar enterado del movimiento cinematográfico
nacional, comentarios muy certeros pero también alejados del conocimiento de la producción constante que ha venido manifestándose en Guatemala desde 2004. Ya que han existido una serie de películas
muy interesante tanto en historia como en el cuidado de su producción, pero,
cabe mencionar que las que lograron
llegar a las salas guatemaltecas no entraron en la memoria colectiva del país.
Es
necesario recalcar que en ningún momento estoy manejando la idea de que Aquí me
quedo no tenga una historia interesante, ni un nivel de producción aceptable.
Por el contrario, la historia, que si bien se desenvuelve con un sentido del humor negro, logra atraparnos con una misteriosa trama, con sus dos personajes principales y un montaje muy bien llevado a la pantalla
grande.
Espinoza
el director, escritor, editor, fotógrafo
y músico de esta cinta plantea sin tantas pretensiones un viaje tanto visual
como espiritual. Visual ya que dicho
productor hizo un esplendido trabajo llevando a todo su equipo a montar Aquí me
quedo a la siempre fantástica XELA, generando así un descanso para los cansados
ojos de los guatemaltecos que llevamos más de una década viendo las mismas
localidades una y otra vez. También me
atrevo a decir que es un viaje espiritual, pues con todo y todo lo que una comedia
guatemalteca representa, nos lleva a través de constantes flashbacks a ir
conociendo a fondo a nuestros personajes y descubrir porqué, uno toma el rol de
secuestrador y el otro de victima resignada.
En
cuanto a las actuaciones, puedo decir que están cargadas de genialidad, en este
punto llego a constatar que lo que mis amigos decían era verdad. Carlos Hernández un talentoso actor, músico y
productor logra transmitir con elocuencia a un personaje multidimensional como
(Paco) y Andrés Zea, a quien no conozco más allá de esta cinta, deja una gran
impresión. .
He
decidido hacer un post para esta cinta, también como un pretexto para
encaminarme a ver las otras dos cintas de este talentoso director, en orden de
publicación, me toca ver POL y la estrenada recientemente OTROS 4 LITROS .
Puntuación: 8.5 de 10
(¿Puntuación
otra vez?) Si, ¡otra vez! Porque es una
buena cinta, que vale la pena ver otra vez.
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