miércoles, 2 de noviembre de 2011

Maurice Echeverría ENTREVISTA

Una de las figuras más representantes en la literatura guatemalteca actual, fue uno de los más atrevidos en la irreverente y extinta editorial X. Ahora en la era del mundo blog sube toda su obra en este formato para la  inmensa red.


FOTO: Por Maurice Echeverría 


Maurice y la literatura

¿Por qué hacer literatura?

La gente escribe por un montón de razones. Hay razones biológicas, vitales, económicas, sexuales, políticas, afectivas, sociales, creativas, filosóficas, trascendentes,  transpersonales, entre otras. Y hay sinrazones, por supuesto.


¿Influencias de literatura y arte en general?

Me cuesta mucho ceñir un área específica y limitada de influencias. Para mí es lo mismo que poner cinta policial alrededor de un cadáver.

Sabemos que tus inicios dan lugar,  casi a la par de varios artistas, que en la década de los noventa trabajaron  colectivamente.
¿Qué es lo que más has aprendido de tus compañeros de viaje? Mencionando específicamente:

Javier Payeras:


Alejandro Marré:


Simón Pedroza:

Una pregunta cargada, en el sentido de que presupone que yo he aprendido algo de mis colegas de generación, lo cuál en toda sinceridad no es cierto. No vaya a interpretarse esta declaración como un gesto esnob, solo quiero decir que mi educación literaria fue más un viaje privado que una auténtica conversación generacional, contrariamente a lo que puede creerse. En toco caso fue una conversación intergeneracional: pienso en el nivel de intercambio y aprendizaje que obtuve de personas ligeramente mayores que yo, como Luis Aceituno, Sergio Valdés, o José Luis Perdomo.



Algunos mencionan que la literatura de Maurice, es fría y cruda. ¿También autodefinirías tu obra así?

Fría y cruda, sí, pero también tierna y sensible.

¿Qué es lo más interesante que ha encontrado Maurice en la literatura nacional de las últimas décadas, no solamente en cuanto a escritores, sino editoriales, librerías  y eventos para la difusión de material?

Soy el peor espécimen para responder esa pregunta, porque yo me he situado en una exterioridad confortable, lejos en realidad de todo el aparato literario. Dicho esto, me da la impresión de que hay ciertas figuras sin tedio dando de sí en el ambiente. Para el caso, me parece interesante ese grupo emergente de Xela –me refiero a una Vania Vargas, a una Carmen Lucía Alvarado, a un Julio Serrano. Confío en la actitud verbal e ideológica de Oswaldo J. Hernández. Tengo ganas de explorar a Julio Prado. Ya he celebrado antes a Arnoldo Gálvez Juárez. Juan Pablo Dardón me sigue pareciendo muy fresco. Hay toda una generación de tuiteros con mucho poder. Allí está la auténtica frescura, me da la impresión. En cuanto a las editoriales, pues mencionar a la Catafixia, con Luis Méndez Salinas.




Maurice y el arte a través de Internet

Me he topado con que Maurice, cuenta con múltiples blogs en donde ahora haces pública tus obras, y mencionas que estos los editas, por medio de tu propia editorial, Zanate.

¿Por qué ahora tus últimas obras pertenecen al mundo virtual?

Porque virtualidad es independencia. Lo que es increíble es cómo a estas alturas hay personas que juzgan que un blog es un producto cultural de segunda categoría. Un criterio estamental y regresivo. Lo mejor de mi obra está en la internet, y no impresa.

¿Cuántos proyectos has subido a la red en este formato libro-blog?

Una veintena.

¿Qué encontras de interesante en las licencias creative commons y como las utilizas?

Creative Commons es piratería de buenas maneras, piratería con semáforos, si me doy a entender.  

¿De las obras que has subido a la red, cual es la que más comentarios de internautas ha recibido?

Lo ignoro por completo.

¿Qué otros escritores y artistas nacionales sabes que están haciendo esto, de adentrarse en el Internet como medio de difusión principal?

Hay un resto.  Pero yo fui el primero.  


Hace algunos años, me tope con el blog, de un muchacho, que muy enojado comentaba uno de tus artículos en un medio nacional, donde según vos el mundo de los blogger te parecía tremendamente ridículo. ¿Ese artículo realmente existió?

El artículo realmente existió, pero era un tomadura de pelo. No hay necesidad de leerlo y convertirse en una pequeña perra dramática. El problema con los guatemaltecos es que se toman en serio lo que viene en broma y se toman a broma lo que viene en serio.


Si la respuesta anterior es afirmativa, ¿Cómo sucedió el que cambiaras de opinión?

Como ya dije, era una tomadura de pelo. ¿Por qué confundir el efecto y el silogismo, vamos?


Maurice y el arte en general

¿Cómo llega Maurice a ser protagonista de una cinta de Casa Comal?

Por error.

¿Qué comentarios recibiste al respecto?

Los que me merecía.

¿Qué representa esto en tu carrera como artista?

Un fracaso profesional, salvo que yo no soy un profesional de la actuación.

¿Has experimentado en otra disciplina artística, además de la actuación y la literatura? Si tu respuesta es afirmativa, que es lo que te ha atrapado de dicha disciplina?

La música, me refiero a la guitarra. Para mí, explorar un instrumento musical es accesar zonas neurológicas completamente distintas, no tan tecnificadas, de mi cerebro, cuando las que cultivo por medio de la literatura ya están tan domeñadas.  


¿Editorial Zanate seguirá siendo el  soporte lúdico con el que vas a ir  produciendo tus propias obras para la red, o tienes pensado llevar al formato físico a editorial zanate y además, darle la oportunidad a otros escritores para que publiquen en una nueva editorial para el medio guatemalteco?

Zanate es lo mío para mí. Pero sospecho que mi etapa blog ha más o menos terminado.

En uno de los poemas de tu libro-blog, pana no existe, comentas que vas a dejar de escribir y en uno de tus artículos que subes a buscandoasyd, mencionas algo al respecto también.  ¿Es cierto? ¿Puede Maurice hacer eso?

En cierto modo, yo ya dejé de escribir. Para empezar, ya no escribo libros. Es cierto que sigo escribiendo un montón de otras pequeñas cositas, pero eso por razones laborales. Yo continúo con toda la comedia (y en realidad cada vez soy más efectivo en ello) porque es lo único que en realidad sé hacer, en términos de ganarme el pan. Si fuera millonario, no seguiría escribiendo. Me dedicaría a otra cosa, a contemplarme el ombligo. Yo ya he deconstruído por completo la épica del escritor, ya no me interesa trascender ni sentirme especial por medio de la escritura, ni generar un sistema de personalidad en torno a las letras, y entiendo que hay mejores formas de colaborar con la sociedad actualmente que por medio de los libros. El mundo no necesita más libros. En suma, he desarticulado la relación de dependencia que tenía con la literatura, desublimado ese centro, esa identidad –salvo ciertas tendencias residuales, propias de todo vicio–. El hombre de letras que hay en mí ha muerto. Lo único que ha quedado es el técnico, el profesional (tampoco es poca cosa). No estoy diciendo que la literatura tenga que desaparecer de mi vida o la de cualquiera. Tampoco estoy diciendo que escribir no sea divertido. Escribir es divertido. Es ultradivertido. E inclusive significativo. Y hasta útil. Y por qué no, profundo, transformativo. De hecho, es de lo mejorcito que podés hacer, si tenés que hacer algo. Pero yo ahora me limito a vivir el relato desde fuera. Uno ya no quiere vivir como una uña encarnada… en el pequeño útero literario… Ni hablar de los mártires del intelecto y del arte. Conozco algunos que trabajan como mulas porque creen de veras que hay un pote de oro al final del arcoíris poético. Por último, quiero decir que de la misma manera que hemos levantado estructuras opresivas de valor en el mercado religioso, lo hemos hecho en el mercado cultural. La cultura  –y la contracultura ella también– es pura mercadería; no hay por qué engañarse respecto a eso.